La infancia nos ofrece una y una otra vez, oportunidades de ser miradas desde un nuevo lugar, de volver a plantearnos que necesita ese niño de mí en este preciso (¡y precioso!) momento. un nuevo cambio de pañal, otro momento de llanto, de poner las cosas en su lugar, un momento de juego. Los niños con gran generosidad, siguen confiando en que, esta vez podremos hacerlo de una manera diferente, una manera que los tenga en cuenta, los abrigue y acompañe.
Eso no significa que tengamos que hacerlo todo "perfecto", dejemos la culpa de lado.
Ellos esperan adultos en búsqueda constante, que se cuestionen, que (se) miran y remiran. adultos con comprensión, ternura y delicadeza. Nadie nos enseñó a hacerlo...es por eso que vamos descubriendo constantemente nuevas formas a medida que las vivimos, encontrando nuestra manera genuina y autentica de estar a su lado, muchas veces, sin haber tenido experiencias así en nuestra infancia.
Todo esto supone un reto y un camino con dificultades, en el que tratamos dejar de lado nuestras vivencias y experiencia, para buscar otra manera de relacionarnos (con niños y con adultos). Y también con uno mismo, en ese anhelo de coherencia con lo que queremos vivir.
Observar la infancia con otros ojos nos descubre una mirada mas respetuosa y amorosa hacia otros, hacia uno mismo...
Por eso, acompañando la infancia, cuidamos la vida!
Un Beso!
Gise